De nuevo venimos con ese tipo de preguntas que muchas veces nos hacemos pero que en muchas ocasiones no atinamos a responder. Más que nada porque la venta coche a desguace no siempre es sencilla. Ya no solo porque pensamos que podríamos sacar más dinero del que nos van a dar en otro sitio sino porque al mismo tiempo entra en juego un factor sentimental que ni hace ningún favor a los negocios. Vayamos pues a ver si de verdad merece la pena vender nuestro coche a los responsables de un desguace.
El primer aspecto que tenemos que tener presente siempre es que puede ser que pensemos que tenemos un coche que vale menos de lo que realmente cuesta. Si esto es así, nos daremos cuenta de ello ya que al llevarlo a los concesionarios, vamos a poder ver por nosotros mismo que el precio que nos van a pagar por él puede ser muy bajo. Ni que decir tiene que los concesionarios no van a hacer nada con nuestros coches por lo que poco les importa que pensemos que el precio que dan es bajo. No habrá posibilidad a negociar de ninguna de las maneras.
Dicho esto, en un desguace, a pesar de que no haya mucho margen de maniobra, puede pasar una cosa que nos puede beneficiar y mucho. Y es que si bien es cierto que el coche en sí puede ser que no tenga un valor grande, no es menos cierto que puede darse el caso de que haya alguna de sus piezas, o varias, que sí que lo tengan. De hecho, por ejemplo, un buen ejemplo de esto puede ser el motor. Nunca se sabe si nuestro motor es válido para un centro de desguazado así como cualquier otra pieza de la que nos tengan muchas existencias y les interese comprarla. Si esto se da, vamos a poder ver cómo la cuantía que nos van a pagar por el coche puede subir un poco.
Como puedes ver, son dos razones que pueden hacer inclinar la balanza a favor de uno de los sitios que no es otro que el del desguace. Lo cierto es que debes ser tú la persona que debe tener claro en cada caso qué es lo que más te interesa aunque ya te adelantamos que lo que hemos comentado viene como fruto de la experiencia personal por lo que son datos que tienen mucho valor.
El primer aspecto que tenemos que tener presente siempre es que puede ser que pensemos que tenemos un coche que vale menos de lo que realmente cuesta. Si esto es así, nos daremos cuenta de ello ya que al llevarlo a los concesionarios, vamos a poder ver por nosotros mismo que el precio que nos van a pagar por él puede ser muy bajo. Ni que decir tiene que los concesionarios no van a hacer nada con nuestros coches por lo que poco les importa que pensemos que el precio que dan es bajo. No habrá posibilidad a negociar de ninguna de las maneras.
Dicho esto, en un desguace, a pesar de que no haya mucho margen de maniobra, puede pasar una cosa que nos puede beneficiar y mucho. Y es que si bien es cierto que el coche en sí puede ser que no tenga un valor grande, no es menos cierto que puede darse el caso de que haya alguna de sus piezas, o varias, que sí que lo tengan. De hecho, por ejemplo, un buen ejemplo de esto puede ser el motor. Nunca se sabe si nuestro motor es válido para un centro de desguazado así como cualquier otra pieza de la que nos tengan muchas existencias y les interese comprarla. Si esto se da, vamos a poder ver cómo la cuantía que nos van a pagar por el coche puede subir un poco.
Como puedes ver, son dos razones que pueden hacer inclinar la balanza a favor de uno de los sitios que no es otro que el del desguace. Lo cierto es que debes ser tú la persona que debe tener claro en cada caso qué es lo que más te interesa aunque ya te adelantamos que lo que hemos comentado viene como fruto de la experiencia personal por lo que son datos que tienen mucho valor.