Que la industria del automóvil en pleno siglo XXI, y como consecuencia de la crisis económica que está azotando a medio planeta, se está resintiendo en sus beneficios, es algo de lo que no podemos dudar ya que lo estamos viendo día a día. Sin embargo, el tema que vamos a tratar en el día de hoy, en las líneas que vamos a escribir a continuación, resulta especialmente peliagudo sobre todo si tenemos en cuenta el último informe que ha elaborado esta http://www.motoresdesegundamano.eu/ . Y es que, de este informe que acabamos de mencionar hace tan sólo unos instantes se pueden extraer algunas conclusiones que pueden ser realmente peligrosas. Más que nada porque como ahora vamos a ver un poco más en detalle, viene a decir, que no son pocas las compañías, y no son pocos los talleres los que utilizan motores de segunda mano a espaldas de sus clientes.
En primer lugar, para empezar, tenemos que hablar de las compañías del sector del automóvil. Unas compañías que no dudan ni un solo instante en instalar motores de segunda mano en sus vehículos con el único objetivo y con el único propósito de reducir costes y aumentar su margen de beneficios. Sin embargo, estas compañías a las que acabamos de hacer referencia, siempre alegan que los motores que instalan en sus vehículos, no pueden ser considerados como motores de segunda mano ya que cuentan con muy pocos kilómetros. En otras palabras, prefieren decir que son motores seminuevos aunque, siendo plenamente honestos con nosotros mismo, tenemos que hacer hincapié en el hecho de que el precio que tiene el vehículo de venta al público se mantiene intacto.
En segundo lugar, tenemos que hablar de los talleres mecánicos dentro de este sector. Unos talleres que si bien es cierto no tienen la misma responsabilidad y no se les puede culpar de la misma manera que las principales compañías del sector del automóvil, tampoco realizan una buena acción al intentar instalar motores de segunda mano cuando en la propia factura los están cobrando, y la están reflejando, como si de un motor nuevo se tratara.
La situación de crisis económica que está viviendo España es la que obliga a muchas empresas, independientemente de la reputación que éstas puedan tener, a abaratar unos costes cuyos principales perjudicados son unos clientes, los cuales, no están recibiendo el servicio prometido y acordado ya que están pagando un precio por algo que no cumple la calidad esperada.
En primer lugar, para empezar, tenemos que hablar de las compañías del sector del automóvil. Unas compañías que no dudan ni un solo instante en instalar motores de segunda mano en sus vehículos con el único objetivo y con el único propósito de reducir costes y aumentar su margen de beneficios. Sin embargo, estas compañías a las que acabamos de hacer referencia, siempre alegan que los motores que instalan en sus vehículos, no pueden ser considerados como motores de segunda mano ya que cuentan con muy pocos kilómetros. En otras palabras, prefieren decir que son motores seminuevos aunque, siendo plenamente honestos con nosotros mismo, tenemos que hacer hincapié en el hecho de que el precio que tiene el vehículo de venta al público se mantiene intacto.
En segundo lugar, tenemos que hablar de los talleres mecánicos dentro de este sector. Unos talleres que si bien es cierto no tienen la misma responsabilidad y no se les puede culpar de la misma manera que las principales compañías del sector del automóvil, tampoco realizan una buena acción al intentar instalar motores de segunda mano cuando en la propia factura los están cobrando, y la están reflejando, como si de un motor nuevo se tratara.
La situación de crisis económica que está viviendo España es la que obliga a muchas empresas, independientemente de la reputación que éstas puedan tener, a abaratar unos costes cuyos principales perjudicados son unos clientes, los cuales, no están recibiendo el servicio prometido y acordado ya que están pagando un precio por algo que no cumple la calidad esperada.